No te cortes, coge un mapa y mira donde está Leeds.

sábado, 15 de enero de 2011

Lazos

El otro día tuve uno de esos momentos en los que uno se aleja momentáneamente del momento para de algún modo, a lo lejos, estar más presente. Los gestos se hacen más patentes, los sonidos del fondo se acompasan, las miradas que nos conectan parecen auténticos lazos. Siempre llego a una especie de sentimiento de conexión y "agradecimiento" que puede ser traducido por algo así:

Ya no sólo es sorprendente que yo, o tú o cualquier otro esté en un momento dado en un lugar determinado, sino que todo lo que nos rodea esté tal cuál está. Puede parecer estúpido hablar de algo tan obvio, pero es porque es tan obvio que tenemos que tenerlo presente. Hay un cúmulo tan grande de sucesos para que sea posible ese simple y fugaz momento que no puedo menos que maravillarme. Tanto para algo que se pierde a si mismo, curiosa naturaleza es la del momento. Remontándonos hasta quién sabe dónde, a la explosión de una estrella, a una serie de elecciones totalmente ajenas a uno o a las propias elecciones. Un simple, leve cambio, podría haber dado lugar a una nueva configuración del momento que bien podría haberlo cambiado todo. De lazos estamos formados y a través de lazos vivimos, con otras personas, el mundo que nos rodea. Ayer mismo me dí cuenta de lo increíble que era que estuviésemos nosotros y no otros en ese pub a esa hora, y las chicas en la mesa a mi izquierda (que recibieron un avión de papel en sus cabezas), o la camarera pelirroja y el amanerado chico con una rosa en el pelo. No hay que ir demasiado lejos para imaginar un cambio plausible que nos hubiera colocado lejos del lugar que hoy recordamos como ayer.

Quizá me gusta viajar, o ser ahora erasmus, porque estos lazos quedan a la luz más fácilmente. Estoy un poco ciego, y es complicado ver esto en tu vida del día a día, y mucho menos agradecer lo que ves, así que este extra de luminosidad me viene muy bien. Está tan claro que todo acaba que uno abre bien los ojos. ¿No os habéis percatado de esto en las despedidas?



Todo acaba constantemente, y sólo nos damos cuenta de esto en el punto de inflexión, que es lo que llamamos adiós. Por suerte estos lazos nunca mueren, aunque no están exactamente vivos (Dos cosas que se tocan nunca vuelven a estar irrelacionadas), más bien latentes a través del tiempo y las distancias. Es cosa de cada uno avivarlos o no, y cómo hacerlo. Uno puede llegar a sentirse partido, o como muchos viajeros experimentados dicen, "sin hogar", pero no oiréis nunca decir "solo".

Esta entrada es fruto de que uno de esos puntos de inflexión se acerca, cosa que ni me gusta ni me deja de gustar, uno no puede impedir el cambio.

¡Un saludo a todos!

4 comentarios:

  1. Sobrino, qué profundo en el día de tu cumple!!! Lo que tú dices, yo lo he pensado un montón de veces, pero no sé si lo hubiera expresado tan bien como tú!!!! Espero estés pasando un buen día. Yo estoy intentando bajar el Skype pero aún sin éxito.
    Tere

    ResponderEliminar
  2. No, si cuando un filósofo se pone a filosofar...
    ¡Grande Ramirez!

    ResponderEliminar
  3. Veo que las drogas que te llevaste desde España empiezan a servir para algo xD

    ResponderEliminar
  4. Qué drogas? Ya tuve bastante con vuestra mera presencia, anónimo.

    ResponderEliminar